PROCESIÓN DEL SANTO ENTIERRO EN ESTELLA

Organizada por la cofradía de la Vera Cruz, todos los años recorre las calles de la ciudad la procesión de Viernes Santo. En este reportaje, que actualiza el que elaboré el pasado año, incluyo alguna foto nueva, y, al haber preparado otro reportaje sobre el Judas, he suprimido la parte que trataba de este personaje, prototipo del traidor.

Al ser los "pie de foto" independientes del texto en redonda, conviene leerlos de forma independiente.


Este es el Ayre que vemos los de Estella

En 1976, la Hermandad de la Santa Vera Cruz comunicaba que "en vista de la falta progresiva de público asistente y del escaso alumbrado que otorga (...), lo que le priva del realce que siempre ha tenido y que se estima necesario, se ve obligada a desistir de la organización" de la Procesión. A partir de entonces los estelleses dejamos de ver el Ayre. No era la primera vez que éste elemento desaparecía de nuestra vista: a principios del siglo XX el estandarte se retiró de la Procesión, y en 1922 volvió por iniciativa del alcalde Ricardo Polo.


El Ayre, junto con el Fuego, el Hagua y la Tierra, forman "los cuatro elementos". Tomando como referencia el inventario de 1878, han desaparecido los estandartes de "las cuatro partes del mundo", de "el Sol", de "la Luna", las "doce banderolas de las doce sibilas", y "las doce banderas que representan a las doce tribus".

Fueron muchas las cosas que desaparecieron en los años 60 y 70 (Banda, Procesión, Feria Agrícola-Industrial, etc.) Y con la Transición, al perder las Merindades la representación política Estella entró en una decadencia que ahora pretende superar.


Desde hace tres años, coincidiendo con la procesión se pone a la venta un bote de "Ayre". En cada uno de ellos, a una breve reseña del ayre estellés se acompaña la fotografía y descripción de un paso.

Este año, además, el artesano local Michel, ha puesto a la venta la figura de un morrote portando el estandarte.

"Los de Estella son tan listos que ven el aire", era un dicho común en Navarra. Efectivamente, desde que se recuperó la Procesión, no sólo somos las únicas personas que vemos el Ayre, sino que desde hace dos años, al módico precio de un euro, vendemos enlatado "ese fluido invisible del que están hechos los suspiros".


El Arca de la Alianza forma parte, junto con Isaac, Jacob, Moisés, el Rey David y el Sumo Sacerdote, de la representación del Antiguo Testamento.

El "arca" que portan las mocitas fue construida en abril de 1905 por el carpintero y empresario estellés Zósimo Garmendia.

El 8 de marzo de 1992, en una asamblea celebrada en el desaparecido Cine Lux, unas cien personas eligieron la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Santa Vera Cruz, y aprobaron unos nuevos Estatutos en los que por primera vez en la historia se dio entrada a la participación femenina.


Ya en el Nuevo Testamento, los apóstoles comentan sus preocupaciones.

Poco más tarde, el 17 de abril, tras dieciséis años de ausencia, la Procesión del Santo Entierro volvía a recorrer las calles de Estella, y -permitidme un desahogo- esas fueron las últimas imágenes de la ciudad que vio mi madre, la cual falleció tres días más tarde.


El pueblo de Jerusalén, con ramos de olivo en las manos, acude a dar la bienvenida a Jesús de Nazaret.

Desde que el 1 de septiembre de 1567 fuera aprobada la Hermandad de la Santa Vera Cruz, fueron muchos los altibajos por lo que discurrió su azaroso caminar. Durante "La Gloriosa", el ayuntamiento revolucionario de 1870 prohibió que por las calles se pidiera dinero para sufragar sus gastos. Durante la Segunda República, la autoridad gubernativa autorizó la Procesión del año 1932, y prohibió la del año siguiente.


Y con el paso "La oración del Huerto" comienza la Pasión,

En 1971, por falta de asistencia se suprimió el Sermón de la Soledad, llamado popularmente "de la bofetada", y cinco años más tarde desapareció la Procesión.

"No se hundió por sí misma (dice el historiador José Goñi Gaztambide en su Historia Eclesiástica de Estella, de cuyas páginas obtengo la mayor parte de los datos de este reportaje). La empujaron para que cayera gentes interesadas en introducir una nueva religiosidad". Sea cierta o no la opinión del ilustre historiador, lo cierto es que la Procesión llevaba una década en plena decadencia. En 1966 un grupo de aficionados sustituyó a las habituales bandas de cornetas y tambores, así como a la desaparecida Banda municipal. En el 71 no tuvo acompañamiento musical, y en 72 esta ausencia fue sustituida por un grupo de tambores y bombos pequeños. Y en 1975, último año en que salió la Procesión, solo fueron en ella 211 personas.


cuyos elementos llevan estos niños en sus manos.

Hoy la Procesión, uniendo la religiosidad al deseo de recuperar la tradición local, mejora en asistencia y en presencia: todas las andas de los pasos se han renovado, se han restaurado los atacados por la carcoma (vaya nuestro reconocimiento a la labor desinteresada del tallista estellés Vicente Salanueva, y del decorador tafallés Iosu Vélaz), y a partir del próximo año se recuperará el vestuario.


Es detenido, y "Cristo, atado a la columna", recibe azotes y otros suplicios.

La Procesión no siempre fue muy concurrida. En 1924 se retrasó una hora la salida para que "a mitad de trayecto oscureciera y la noche le prestara ese misterioso encanto que sólo ella puede dar". Ese mismo año, la Hermandad se quejaba de que pocos vecinos la acompañaban con sus hachas, así como del escaso público que la presenciaba. Hoy esa presencia está garantizada, y entre las cerca de 1.500 personas que participan, de las cuales unas 350 portan los pasos, son numerosos los miembros de la comunidad hispanoamericana.


Después de azotado, Pilatos lo presenta al pueblo. "Ecce Homo" (e aquí el hombre), les dice. Y el pueblo grita ¡crucificarlo!, ¡crucificarlo!

Antiguamente los morrotes tenían sus preferencias. Así, ese mismo año de 1924, como "ya no se puede conseguir que los fieles vayan alumbrando sin distinción de cofradías ni preferencia de imágenes", se recomendó "que por lo menos tengan cuidado de no separarse más de dos metros del que va delante, ni adelantarse más de dos metros del que va detrás". Así mismo, se colocó al principio del cortejo "una de las bandas que concurren", para así evitar "claros en la Procesión".


Con "La Cruz a cuestas", por la calle de la Amargura y camino del Calvario, cae tres veces.

Entre los pasos, el del "Santo Sepulcro" es el más antiguo. De estilo gótico tardío, es una imagen articulada que presidía los actos religiosos y se le plegaban los brazos para llevarla en la procesión.

Otra imagen de interés es la de "Cristo con la cruz a cuestas". Tallada en 1790 por el escultor Lucas de Mena, vecino de Estella, costó 80 duros. Cuenta la tradición que, dado el realismo de la obra, el propio Cristo se le apareció al escultor y le pregunto: ¿dónde me has visto, que también me has tallado?


Compadecida, "La Verónica" enjuaga su rostro, y en el blanco paño queda grabada su faz

Lucas de Mena también se comprometió a hacer una nueva talla de "La oración del Huerto", pero no llegó a realizarla. El paso que se quería sustituir constaba de tres cabezas de yeso clavadas en sendos palos, las cuales representaban a San Pedro, San Juan y San Diego (Santiago).

Fue en 1919 cuando, en base a una fotografía, la Hermandad encargó en Olot la construcción del paso. Costó 1.500 pesetas y, debido a "la huelga", la empresa catalana tardó dos años en terminarlo.


Llegado a "El Calvario", es crucificado, y su yerto cuerpo velan la Magdalena y San Juan.

En 1883, como la Hermandad no disponía de dinero para renovar el paso de "La Dolorosa", el capellán se asoció "a ciertas señoras" y juntos lograron reunir 5.400 reales vellón con los que compraron una preciosa talla "de estilo valenciano" a la casa Ríus de Barcelona.

En 1903 se adquirió el "Ecce Homo", para lo cual el Ayuntamiento aportó 250 pesetas, y en 1929 el estellés Pedro Munárriz regaló una talla de "La Verónica" y un rico manto bordado, el cual "se usará, según se crea conveniente, en dicha imagen o en La Dolorosa". No sé que fue de este manto, ya que el que actualmente lleva esta última imagen data de 1998.

La imagen del paso de "El Calvario" fue propiedad del Gremio de Cereros, a la que posteriormente se le agregó una imagen de San Juan y otra de la Magdalena.


Los romanos vigilan su cuerpo.

Para quienes quieran ver los cambios habidos en la Procesión, este es el orden establecido para 1933: 1º, Tambor y soldados. 2º, Abraham e Isaac. 3º, David y Moisés. 4º, Arca de la Alianza. 5º, 11º y 22º, Cantores del Credo. 6º, Entrada en Jerusalén. 7º, PASO "La oración del Huerto". 8º, El prendimiento. 9º, Malko. 10º, PASO "Cristo atado a la columna". 12º, Discípulos con azotes. 13º, PASO "Ecce Homo". 14º, La sentencia. 15º y 18º, Discípulos. 16º, PASO "La Verónica". 17º, Hijas de Jerusalén. 19, Un Nazareno. 20º, PASO "La Cruz acuestas". 21º y 32º, Zarramanta. 23º, PASO "El Calvario". 24º, Niños con los atributos de la Pasión. 25º, PASO "El Descendimiento". 26º, Centurión y Longinos. 27º, Manípulo de soldados. 28º, El Velo del Templo. 29º, PASO "El Santo Sepulcro". 30º, Palio del Ayuntamiento. 31º, Armas y mazas. 33º, Clarinero. 34º, Bandera de la Vera Cruz. 35º, PASO "La Dolorosa". 36º, El clero. 37º, Ayuntamiento. 38º, Música y piquete.


Y llegada la noche, en "El Descendimiento", la virgen lo acoge en sus brazos.

Cada año, el cargo de Prior de la Santa Hermandad lo nombraba el Ayuntamiento, y los cargos de los dos mayordomos y tres diputados de que constaba la junta directiva eran nombrados por sus antecesores. En 1881, siendo Prior mi bisabuelo, Francisco Hermoso de Mendoza, el 30 de junio acordaron que los Mayordomos vistieran "el frac", como se hacía en tiempo inmemorial.

Desde 1992 es Prior Ignacio Sanz de Galdeano. Nombrado primero por el Ayuntamiento, fue después elegido por la Hermandad.


Y los discípulos lo llevan a "El Santo Sepulcro".

La labor de Prior, Diputados y Mayordomos no era fácil. Tenían que costear la procesión a base de limosnas. Así, en 1846 "la limosna del aceite" se pidió "un día después de que salgan a pedir los de San Pedro la limosna de San Andrés", la "limosna de la cera" se pidió el miércoles anterior a la Semana Santa, y el Jueves Santo "dos mayordomos vestidos " pidieron "la limosna del Entierro en la puerta de la iglesia" de donde iba a salir la Procesión. Supongo que lo mismo harían el día siguiente, ya que en aquellos tiempos se celebraban dos procesiones: una el Jueves Santo, y otra el Viernes Santo.


"La Dolorosa" llora inconsolable.

Pero no acababa ahí su labor: la Hermandad de la Santa Vera Cruz asistía a bien morir a los ajusticiados (muy habituales en el belicoso siglo XIX), y a base de limosnas tenía que sacar el dinero que costaba entierro, funeral, gastos de cárcel y misas por su alma. Así, por ejemplo, el 27 de marzo de 1843 fue puesto en capilla un vecino de Lacar, y un día antes de la ejecución, vestidos de cofrades y con sus varas, salieron a pedir por la ciudad los dos mayordomos y los tres diputados. Y el día de la ejecución hicieron lo mismo cuatro hombres, desde el amanecer hasta las cuatro de la tarde. En total recogieron 112 reales fuertes.


Los penitentes, arrastrando cadenas, hacen penitencia por los pecados del mundo.

El 9 de julio de 1848 fueron ejecutadas 6 personas, y el 31 de enero del año siguiente lo fueron 14.

El último ejecutado en Estella fue Joaquín García Mués, alias "Cascarilla", acusado de asesinar a una viuda para robarle el dinero que había obtenido de la venta de unos cerdos. El 7 de diciembre de 1897 fue agarrotado en la explanada de Rocamador, en un acto público al que los maestros llevaron a sus alumnos.


El número de penitentes que, calzados unos, descalzos otros, arrastran pesadas cadenas, oscila todos los años entre cinco o seis.

Este año les acompañó un penitente con una gran cruz sobre los hombros.

Durante las 24 horas que duró "la capilla", ininterrumpidamente los de la Vera Cruz le acompañaron por turnos, dándole consuelo y prodigándole atenciones. A las siete de la mañana se reunieron los cofrades, revestidos de túnica y gorro, y tomando la imagen del Cristo de la Agonía, con dos hachas encendidas se dirigieron a la cárcel para acompañar al preso hasta el patíbulo. A las ocho en punto partió el cortejo: delante del reo iba la imagen del Cristo flanqueada por las hachas encendidas, detrás iba un carro con el preso, y le seguían cinco cofrades con túnica y vara. Cumplida la sentencia, se retiró la cofradía para regresar a las cuatro de la tarde. Recogió el cadáver en la caja, y a hombros lo trasladó hasta el portal del Santo Cristo de la Agonía (actual puerta de Castilla), donde lo entregó al cabildo de San Pedro de Larrúa. En las cuestaciones se recogieron 116 pesetas, de las que una vez pagados los gastos sobraron 32 que se destinaron a misas por el alma del ajusticiado.


Morrotes con cajas, tambores y bombos, la acompañan con lúgubre sonido.

Cuenta Juan Satrústegui, que cuando el reo iba al cadalso fue rebasado por unos mozalbetes. "No corráis, chavales, que hasta que yo no llegue no comienza la función", les gritó. Al ponerle el dogal de madera y requerirle para que dijera sus últimas palabras, dirigiéndose al público dijo: "antes de veros en este caso, pegaros un tiro".

Actualizado: Abril de 2005.

Actualizado: Abril de 2009.

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© Javier Hermoso de Mendoza