Juan Arza, "Estellés del año 2005"

Hace un año que Juan Arza, mítico futbolista del Sevilla CF, fue nombrado "Estellés del año 2005", reconocimiento que en 2006 ha recaído en el torero estellés Francisco Marco, el cual recibió el galardón  el pasado 23 de diciembre. Fecha en que la pintora Yolanda Urrea (www.yolandaurrea.estella.com.es) le hizo entrega del retrato con el que esta Web se suma al homenaje.

Yo también, aunque nunca he sido aficionado al fútbol y en mi vida he visto un partido, participo del mismo con este reportaje, y pido comprensión para con los errores que en él haya podido cometer.


Joaquín Jordana Arza, primo segundo de Juan Arza Íñigo, recoge el retrato de las manos de Yolanda Urrea.

En enero del 2006 se entregó a Juan Arza el galardón de "Estellés del año 2005" con el que el Restaurante Astarriaga y la Boutique Class obsequian cada año a los estelleses o estellesas que han divulgado el nombre de la ciudad por las tierras de las Españas y del mundo entero.

Pocos meses antes, coincidiendo con la celebración del centenario del Sevilla Club de Fútbol, la "Comisión del Centenario" nombró a Juan Arza "Futbolista del siglo", y lo reconoció como el mejor jugador que ha tenido el equipo andaluz en toda su historia.


Enero de 2005. Durante una comida-homenaje en el Asador Astarriaga, fotografía para el recuerdo. En el centro, junto con su esposa, Juan Arza muestra el trofeo de "Estellés del año 2005". A su lado, Luisa Labayru Ábrego, presidenta del "Club Bádminton Estella", con el retrato realizado por Yolanda Urrea, situada a la izquierda de la fotografía. Junto a homenajeados y finalistas, los organizadores y patrocinadores del evento: el segundo por la izquierda, con su traje blanco de cocinero, Jesús Astarriaga, de Asador Astarriaga, y el segundo por la derecha, Luis Tobes, de Boutique Class.

Con esos reconocimientos se hacía justicia a un jugador que lo fue todo para el Sevilla CF, equipo al que se entregó con pasión y sin egoísmo.

Juan Arza, conocido también como Juanito Arza, con sus 416 partidos oficiales (349 de Liga) ha sido el futbolista que más encuentros ha jugado con el Sevilla CF; con sus 216 goles, el que más ha marcado; con sus 182 goles, el que más tantos consiguió en las Ligas, y con 24 goles, el que más marcó en la Copa (5 goles más en Copa de Europa).

Ha sido el jugador que ha metido goles en más partidos consecutivos (jornadas 22, 23, 24, 25, 26 y 27 de la temporada 1954-55); y, con 29 tantos, en la temporada 54-55 fue ganador del trofeo "Pichichi" (trofeo que tiene tantos años como el Campeonato Nacional de Liga, y toma su nombre de Rafael Moreno Aranzadi, jugador del Athlétic Club de Bilbao, de cuerpo menudo y considerado el primer goleador de la historia del fútbol español), en cuya clasificación figura en tercer lugar, después de Telmo Zarra (38 tantos en la temporada 50-51) y Di Stéfano (31 goles en la temporada 56-57), a pesar de haber jugado ese año un partido menos que Di Stéfano.

Fue, también, la persona que desinteresadamente ayudó al equipo en los tiempos difíciles, ocupando en cuatro ocasiones el banquillo de entrenador, y salvándolo varias veces del descenso.


"El niño de Oro", Juan Arza, recibe el trofeo Pichichi obtenido en la temporada 54-55

Terminada su etapa como futbolista activo, y tras sacar el título de entrenador, Juan Arza ocupó el banquillo en el Bolillos CF, filial del Sevilla, y en el Balompédica Linense.

En la temporada 65-66 el Sevilla llevaba dos temporadas intentando enderezar el rumbo. Tras intentarlo con dos entrenadores foráneos fichó al internacional Ignacio Eizaguirre, pero el club, agobiado económicamente por la construcción del nuevo estadio, y obligado a vender los jugadores que destacaban, no pudo levantar la crisis.

Camino del descenso, a falta de cinco jornadas cesaron a Eizaguirre y llamaron a Juan Arza para ocupar el banquillo, logrando el estellés enderezar la situación y colocar al equipo en competición europea.


El Sevilla CF campeón de Liga en 1946. De pie, Alconero, Antúnez, Eguíluz, Encinas, Busto, Joaquín y Villalonga. Agachados, Juan Arza, López, Araujo, Campos y Herrera.

A pesar del "milagro" el Sevilla no lo mantuvo en el banquillo, y para la temporada 66-67 contrató a Sabino Barinaga. No tuvo suerte el nuevo entrenador, y a falta de seis jornadas volvieron a llamar a Juan Arza para que salvara al equipo del descenso. En esta ocasión el estellés no tuvo tanta suerte y, a pesar de evitar el descenso automático, tuvo que jugar la promoción, que superó, haciéndose merecedor del apelativo "El salvavidas del Sevilla".

Nuevamente la directiva se olvidó de Arza para la temporada siguiente, y contrató a Antonio Barrios, a la sazón, entrenador del Betis. Tampoco acierta el nuevo fichaje, y el equipo se encuentra en la jornada decimoctava en último lugar y con sólo diez puntos. Vuelven a echar al entrenador, llaman otra vez a Arza, pero el descenso, a falta de un milagro, es imposible de evitar, y tras treinta y un años seguidos en primera división el Sevilla CF desciende a la división de plata.


Juan Arza pasea por Sevilla con Lola Flores y Cesáreo González. Al fondo, la Giralda.

La temporada 68-69 comienza con Arza en el banquillo, y el estellés logra que el Sevilla CF termine como campeón de la segunda división y ascienda a la división de oro.

A Juan, como en las anteriores ocasiones, lo sacan a hombros, como a los toreros, pero él, humildemente, declaraba hace dos años al "Diario As": "Todavía me pregunto qué vio en mí la gente de Sevilla para quererme tanto. Creo que les conmovía verte tan poca cosa como era: llegué aquí procedente del Málaga en 1943, con 19 años y 65 kilos ¡y hoy tengo 81 y peso 67! Vamos, que casi soy el mismo ¡ja, ja! La verdad es que hubo un tiempo en que no podía ir por la calle, de lo que me paraba la gente. Me veían como si fuera un niño y les hacía gracia. Pero por lo que no paso es por ser el ídolo del sevillismo".

A pesar de sus triunfos, y de que su trabajo como entrenador lo realizó sin cobrar un duro, el nuevo presidente lo manda a casa, a la que Juan se retira decepcionado, con amargura, y pensando en tomarse un año sabático.

No lo consigue. El Celta rompe el acuerdo con el hispano-argentino Roque Olsen, y Juan Arza traslada su residencia a Vigo para sentarse en el banquillo del Balaídos, en el que permanece cuatro temporadas y coloca al equipo en la senda de los éxitos.

Muchos son los recuerdos que conserva de su estancia en Galicia, pero, seguramente, el más perdurable es que en aquellas tierras célticas su hija Merche conoció al amor de su vida, se caso con un vigués, y le dio nietos gallegos.


Partido contra el Málaga, en el que Juan Arza conseguiría el mil del Sevilla CF en primera división.

La temporada 72-73, Arza, debido a sus éxitos tiene firmada la continuidad en el Celta, pero antes de comenzarla es llamado a Sevilla para intentar sacar al equipo de la segunda división.

El Sevilla CF paga al Celta un millón de pesetas por la cesión del entrenador, y Juan, deseando regresar a la Sevilla de sus amores, perdona al club las 800.000 pesetas que le adeudaba.

Aparte del desprendimiento de Juan, nada tendría de especial este hecho si no fuera por que con él se produjo el primer fichaje de un entrenador en el fútbol español.


Juan Arza en el mostrador de la tienda Deportes Arza de la calle Santa María de Gracia, abierta con la ayuda de su hermano Segundo en 1957. Era la segunda tienda de la especialidad que se abría en Sevilla. La primera fue Deportes Z, abierta en 1921 por un navarro apellidado Zulategui. Años después, con su hijo Juan Manuel abriría otra tienda en la Gran Plaza.

Se hace cargo del equipo cuando el Sevilla CF se encuentra en situaciones muy  difíciles que provocan el cambio de presidencia.

Juan sigue su trabajo, y en el ecuador de la segunda vuelta se entera de que un dirigente del club se ha trasladado a San Sebastián para fichar un entrenador para la temporada siguiente. Este hecho le molesta, presenta inmediatamente la dimisión, y se retira a casa perdonando al club 800.000 pesetas del millón setecientas mil que figuraban en el contrato.

La temporada siguiente vuelve al Balaídos, y a pesar de los deseos del club celta por continuar con sus servicios, el estellés regresa a Sevilla para descansar y atender sus negocios.


Saltando en un remate de cabeza en el viejo campo de Nervión, junto con Araujo, Doménech y Pahuet.

No pasa mucho tiempo cuando Juan Arza es llamado para hacerse cargo del Cádiz.

Permanece una temporada en "La tacita de plata", y cuando regresa a sus negocios sevillanos es llamado por el Deportivo de La Coruña para intentar salvar su permanencia en 2ª División.

Juan es el quinto entrenador que esa temporada se sienta en Riazor, y consigue mantener al equipo en la división de plata y lejos de los puestos de descenso.

Permanece una temporada más en La Coruña, consolidando el equipo y colocándolo en buena posición, pero a pesar de los ruegos de los coruñeses regresa a Sevilla.

Al frente de su tienda permanece hasta que en 1986 es convencido para entrar en la directiva del Sevilla CF, en donde durante nueve años se hace cargo del equipo en sus desplazamientos y forma parte del grupo deportivo.

Es en esta etapa, cuando, renovado el campo del Izarra (club titular de Estella), durante dos años trae al equipo para que haga la pretemporada en la ciudad del Ega.


Partido de fiestas de Estella, 4 de agosto de 1951. Juan Arza junto a la madrina del encuentro, María Jesús Ruiz de Alda, y Cirilo Zunzarren, presidente del Izarra. Junto a ellos, Echaniz, Zariquiegui, y los líneas Elía y Ruiz Aldea.

Juan Arza Íñigo nació el 18 de junio de 1923 (tres años después de la creación del Osasuna y medio año antes de la del Izarra) en la calle del obispo Fray Wenceslao Oñate, conocida popularmente como calle Nueva por haber sido abierta en la Edad Moderna para comunicar las plazas de Los Fueros y de Santiago. Calle en la que unos primos de su padre regentaban la popular fonda Arza, conocida popularmente como "Casa el Frate".

En Juan, con sus dos primeros apellidos con nombre de persona (Artza, o Hartza, significa "oso" en lengua vasca, y tiene su origen cuando en la noche de los tiempos muchas personas llevaban nombre de animal. De la misma palabra procede el apellido García), se unían dos familias: los "Archa", apodo con el se conocía a la familia paterna, y los "Pimpón" (no tiene nada que ver con el juego de mesa y pelotita, sino que es la onomatopeya del ruido que producía el abuelo de Juan al caminar con su pata de palo: pin, pon, pin, pon), apodo con el que se distinguía a su familia materna.


En el grupo de cabeza, Juan Arza, junto con su hermano Segundo, corriendo uno de los  encierros de fiestas de Estella de 1941

Familia de oficios variados, su abuela materna, Agapita, ayudada por Juanito repartía por los domicilios los ejemplares del periódico "El Pensamiento Navarro" que leían con interés las abundantes familias tradicionalistas de Estella.

Su otra abuela, Rosa Martínez Marchueta, que alcanzó los 103 años de edad con plena lucidez, elaboraba churros que los domingos y fiestas vendía en la plaza a las puertas de la iglesia.

Entrevistada en 1955 en la Revista de Fiestas de Imprenta Zunzarren, a sus noventa años recordaba las fiestas de su juventud, cuando esperaban en la Venta del Moro la llegada de las vacas (todos los días las llevaban a pacer a los carrizales de Legardeta), y salían las mujeres al encierro con sacos y cencerros. "Este año -decía-, si Dios me da salud, pienso salir a la calle a dar un pase a las vacas con el delantal".  ¡Genio y figura!


La abuela de Juan, Rosa Martínez Manchuela, junto con su biznieta María Dolores, residente en Sevilla, y su tataranieto Raúl. La fotografía es del año 1955, cuando Rosa, que alcanzó los 103 años de edad, tenía 90 años.

Recordaba también las porfías entre mozos, navaja o pistola al cinto; sus primeros bailes en el paseo de Los Llanos; su participación como extra en la película "Zalacáin el aventurero" que en 1929 se rodó en Estella.

De familia carlista, relataba que su padre la retiraba del escenario de la guerra, llevándola con sus hermanos, a lomos de un macho ciego, hasta ponerlos a salvo en algún pueblo cercano, para regresar al campo de batalla y empuñar el fusil por Don Carlos.

Churrera durante cuarenta y cinco años (su hija y nieta continuaron el oficio hasta avanzado el siglo XX), su marido transportaba con galeras mercancías entre Estella, Pamplona, y Tafalla.


Publicidad insertada por el padre de Juan Arza en la Revista de Fiestas de Estella editada por Imprenta Garbayo en 1934, cuando Juan apenas contaba un año de edad.

Esa vinculación familiar al transporte de mercancías influiría en que Vicente Arza, padre de Juan, después de trabajar en "La Estellesa S.A. de Automóviles", primera compañía española de transporte de viajeros por carretera (llegó a explotar dos líneas en Cáceres y Sevilla), se estableciera por su cuenta, inicialmente para "el transporte de restos", y después para llevar viajeros con un taxi negro marca Dodge.

En su adolescencia, Juanito, quinto hijo del matrimonio de Vicente Arza Martínez y de Estanisláa Íñigo Peña, era un chaval vivaracho y despierto que se pasaba las horas dando patadas al balón en la plaza de Santiago, destrozando las alpargatas de esparto. ¡Esos bigotes!, le recriminaba su madre cuando Juan aparecía con las alpargatas desmorradas y llenas de flecos de tanto dar al balón.


"El Punto", en Estella, donde se colocaban los taxis a la espera de un servicio. Comenzando por el fondo, el tercer coche es el Dodge de Vicente Arza.

El fútbol llegó a Estella en 1920, recién inaugurado el cuartel militar, de la mano del regimiento "Órdenes Militares", reagrupado en la ciudad del Ega después de que once años antes fuera disuelto tras perder la bandera en la guerra de Marruecos.

Pronto hizo furor en la ciudad, y en torno a su práctica se improvisaban cuadrillas y equipos más o menos efímeros. Así, hacia el año 35, un grupo de chavales capitaneado por Manolo Montero, padre de Mariló, esposa del sevillano Carlos Herrera, creó el equipo "La Bomba", adoptando los colores azul y rojo de la única camiseta que quedaba a la venta en "Tejidos El Ega", situado en los bajos del edificio al que se había trasladado a vivir la familia de Juan. Como pantalón utilizaban el modelo y color con que les vestían sus respectivas madres, y el calzado lo compraron en la tienda "Petit", propiedad de la familia Montero.

En ese equipo dio a conocer Juan sus habilidades, y su afición aumentó, si cabe, cuando en su domicilio se alojó el entonces soldado Rafael Iriondo, jugador del Athlétic Club de Bilbao.


El equipo La Bomba en el año 1935. El segundo por la derecha, agachado, y con la raya del pelo bien marcada, es Juanito Arza.

Avanzada la Guerra Civil, la Iglesia navarra quiso atraerse a la juventud, y el 15 de agosto de 1938 organizó una concentración de jóvenes en la sierra de Urbasa, importante hayedo existente en las cercanías de Estella, a la que acudió Juan y numerosos jóvenes estelleses.

Para entretenerlos organizaron actividades deportivas, y a su regreso se creó en Estella el equipo de "Acción Católica", en el que militó Juan Arza, "Pimponico" para los estelleses, luciendo calzón blanco y camiseta de rayas blancas horizontales sobre fondo verde.



Equipo de Acción Católica, año 1938. Juan Arza, jovencísimo, y el más bajito, es el segundo por la derecha.

Juan era un joven al que se le daban bien todos los deportes. Además del fútbol, en su juventud destacó en el juego de pelota, al que, animado por su padre, estuvo a punto de dedicarse.

Lo tentaron desde Bilbao para profesional de Cesta Punta y Remonte, pero lo que más le iba era el fútbol, y del "Acción Católica" pasó al Izarra, en el que los estelleses, entusiasmados con su juego, con la melodía de "Al coger el trébole, el trébole, el trébole...", le cantaban: "Si Pimponico quiere, si quiere, si quiere, si Pimponico quiere, el Izarra ganará".



Reunión de ex-izarristas bajo las copas del desaparecido kiosco de la plaza de Los Fueros de Estella. En la primera fila completa, el cuarto por la izquierda es Juan Arza.

En el equipo local de Estella lo vio un comerciante de pelotas de cuero para frontón (en Estella había varias familias que confeccionaban pelotas. Cuenta José Mª Iribarren que Zacarías Garagarza, pelotero, se anunciaba con esta elocuente frase: "Mis pelotas son mejores que las de mi hermano"), y asombrado de su habilidad lo pone en contacto con el Español de Barcelona.

A la ciudad Condal se desplaza Juan para realizar pruebas, le proponen el fichaje, pero "Pimponico" se siente solo, lejos de la familia, y regresa a Estella.



El Izarra en la temporada 39-40. Con su cara de niño, Juan Arza, de pie, el segundo por la derecha.

A los pocos días ve su juego el doctor Amadeo García Salazar, ex-seleccionador nacional de fútbol, quien lo pone en contacto con el Club Deportivo Alavés, que le ofrece una prima de 500 pesetas y otras 500 mensuales hasta que termine la temporada.

Juan II (así se le conocía entonces por jugar también Luis, su hermano mayor. Otros miembros de la familia que practicaron el deporte fueron sus tíos Jesús, jugador del Izarra en los años 1924 y 1925, y José, alias Fuchi, miembro del "Chi-chi" y del Izarra. También jugó su hermano Segundo, y su primo segundo Joaquín Jordana Arza destacó como profesional del Osasuna y del Palencia) acepta, pues la cercanía de Vitoria y la existencia de un ferrocarril que comunica Estella con la capital alavesa le permite pernoctar en casa.

Cobrada la prima, su padre, agradecido al Izarra, y dando un ejemplo de desprendimiento que a lo largo de su vida repetirá Juan en muchas ocasiones, se las entrega al equipo estellés, el cual, años más tarde, por su destacada actuación en la Liga Nacional de Fútbol homenajea a Juan el 3 de agosto de 1946.



Juan Arza pasea por Vitoria junto a un compañero de equipo

Estamos en la temporada 41-42, y, tras su paso por el Alavés, se interesan por él el Real Madrid, con el que el equipo de Vitoria tenía un convenio de colaboración, y el Athlétic Club de Bilbao. Arza se decanta por este último, del que recibe cinco mil pesetas de adelanto. Entonces el Club Deportivo Málaga se acerca por Estella, y le ofrece, junto a una interesante propuesta económica, la posibilidad de ser titular del equipo andaluz.

Problema y difícil disyuntiva para Juan, quien, después de mucho cavilar, devuelve el dinero al Bilbao y ficha por el Málaga un contrato de dos años por el que recibe 27.000 pesetas y 500 mensuales.

Acabada la temporada, el club malagueño no consigue mantenerse en segunda, y el Sevilla CF se hace con el traspaso de un pequeño jugador de 1,69 de altura y 60 kilos de peso que se llama Juan Arza Íñigo, al que ofrece 9.000 pesetas por cada uno de los cinco años del contrato y 750 mensuales.



Durante el homenaje dado en Estella a Juan Arza, éste recibe el saludo de su primo segundo, y ex-futbolista, Joaquín Jordana Arza.

Otros equipos, como el Athlétic Club de Bilbao, el Español y el Real Madrid, también lo quieren, pero Juan, sintiéndose arropado porque su hermana Jesusa vive en Sevilla, se decanta por el equipo nervionense, y en una escuadra que comenzaba el declive tiene la suerte de hacer olvidar a los míticos stukas.

Termina en Sevilla la mili, y el entrenador, un irlandés llamado Patrick O'Connell, comenzó a decir que: "Agza es el niño de ogo". Tenía 20 años, y como "El niño de Oro" comenzó a ser conocido en Sevilla.

Pero nunca quedó claro si el apelativo estuvo motivado porque en aquellos tiempos de miseria y racionamiento el fichaje de Arza fuera el más caro de la historia del Sevilla hasta ese momento (90.000 pesetas, dos partidos amistosos con la recaudación para el Málaga, y la cesión de algunos jugadores para las temporadas siguientes), o por su gran juventud y considerar "de oro" sus cualidades deportivas.


Primer partido de Arza con el Sevilla CF el 26 de septiembre de 1943. De pie, Villalonga, Suárez, Félix, Joaquín, Alconero y Mateo. Agachados, López, Pepillo, Campanal, Arza y Campos.

En su primer partido con la escuadra nervionense, el Sevilla CF venció al Sabadell por 5-2, de los que tres fueron obra de "El niño de Oro".

El haber metido tres goles en el partido de presentación no era poca hazaña, y allí donde iba los sevillanos lo reconocían, le animaban, y le prestaban numerosas atenciones.

En su segundo partido el Sevilla juega contra el Madrid, al que humillan con un 3 a 5, de los que 2 son obra de Juan.

En su tercer partido el Athlétic Club de Bilbao es humillado con un 3-0, de los que uno metió Arza.



Juan Arza, "El niño de Oro", en uno de sus partidos.

Sigue la temporada con victorias y derrotas, y el Sevilla termina el año 1943 clasificado como líder, y acaba la temporada en tercer puesto, con diecisiete goles obra de Juanito Arza.

"El niño de Oro" dominaba el regate, disparaba con ambas piernas con igual acierto, y poseía un toque técnico y afiligranado. Y aunque su puesto era el de interior, con su gran potencia y su regate en corto y en largo se convertía fácilmente en delantero.

Su habilidad y capacidad era tan grande que el entrenador Patrick O'Connell le autorizó a jugar en cualquier parte del campo, y, años después, Helenio Herrera volvió a permitirle jugar donde quisiera, siempre que fuera en el campo contrario, prohibiéndole pasar del centro del campo hacia su portería.


Juan Arza pasea por Estella durante las fiestas, junto con su esposa Mercedes y su cuñada Amelia. En la mano izquierda, la bota de vino; en los pies, los tres calzan las alpargatas blancas con cintas rojas y suela de cáñamo que caracterizan las fiestas de Estella.

A pesar de sus reconocidos méritos, y de ser el mejor jugador y el máximo goleador del equipo, acabada la temporada 45-46 el presidente del Sevilla CF se viene negando a la revisión del contrato.

El enfado del estellés es tan grande que se desplaza a Estella para pasar el verano, y comunica al club que no piensa volver a Sevilla.

La ciudad del Ega recibe a Juan como héroe, y en ella permanece más de lo esperado, disfrutando del verano, de las fiestas, de los amigos, y a sus veintitrés años se enamora de la estellesa Mercedes Napal, con la que comienza una historia de amor que aún dura.


Juan Arza, agachado, el primero por la izquierda, durante un festejo de toros en las fiestas de Estella.

Comienza la temporada 46-47, y Arza permanece en Estella hasta que, asustado el Sevilla CF por la posibilidad de perderlo, negocia la revisión del acuerdo y el 8 de octubre Juan baja a la capital andaluza con una ficha de 50.000 pesetas y 1.750 de sueldo mensual.

Por esos años le llueven las ofertas. Madrid, Barcelona y el argentino San Lorenzo de Almagro lo quieren.

El River Plate le ofrece 800.000 pesetas y cuatro pasajes Buenos Aires-Madrid, pero él seguía fiel al equipo andaluz, porque como le decía su padre, "A ti te ha enchulado el Sevilla".


Juan Arza y Mercedes Napal en el momento de contraer matrimonio.

El año siguiente, Juan, con 24 años, y Mercedes, con 18, el 12 de julio de 1948 se casan en la Basílica de Nuestra Señora la Virgen del Puy, patrona de Estella, y cuyo nombre lleva la mayor de sus hijas.

Comienza entonces una vida totalmente dedicada al fútbol y a su familia (cinco hijos y doce nietos), y vinculado para siempre a la ciudad de la Giralda, convirtiéndose en un sevillano más, sin olvidar, eso espero, a la tierra que le vio nacer y en la que empezó a destacar en el fútbol.

"Soy estellés e izarrista. Me formé como jugador en los equipos de nuestra ciudad..." dice Juan en el libro "El Izarra. 70 años de fútbol en Estella".


Juan Arza y Mercedes Napal con la escultura de Ciriza que recibió como "Estellés del año 2005".

Hoy, a pesar de sus 83 años, continúa activo: diariamente, a las nueve de la mañana, Juan Arza se calza deportivas, se viste chándal con las siglas de la federación, y camina los breves pasos que separan su domicilio del estadio.

Saca las llaves que permanentemente lleva en el bolsillo, y con el estadio vacío "me doy quince vueltas al campo combinando carrera y gimnasia, horita y cuarto de ejercicio, y luego me voy a mis cosas", declaraba al "Diario As" hace dos años.

Es evidente que no hay mejor manera de mantenerse en forma y seguir recordando sus momentos de gloria. Que sea, Juan, por muchos años.


La familia Arza-Napal al completo. De izquierda a derecha, y de arriba abajo, María del Puy, Juan, Juan Manuel, José Miguel, Merche, y Mercedes con Javier en los brazos.

Nota 1: A quien desee conocer más sobre la vida de Juan Arza, aconsejo la lectura de "Juan Arza. El niño de oro", de los periodistas Juan Castro Prieto y Agustín Rodríguez Jiménez, editado por "Andalucía abierta 2005" con motivo del centenario del equipo andaluz.

Y quien se interese sobre el fútbol local puede leer el libro "El Izarra. 70 años de fútbol en Estella", de José Torrecilla, edición del autor.

A los dos libros debo gran parte de los datos y las fotografías que figuran en este reportaje.

Nota 2: El 17 de julio de 2011, a los 88 años y un mes de edad, falleció en Sevilla Juan (Juanito) Arza, el Niño de Oro, como lo bautizó el entrenador Patrick O´Connell; el "pichichi" que ganó a Di Stéfano, como titula su necrológica El País. Pero, sobre todo, el mejor embajador que en los últimos tiempos ha tenido Estella; el estellica que siempre ejerció como tal.

Su recuerdo siempre permancerá entre nosotros.

Enero 2007

 

Si desea ser avisado de las novedades del sitio, SUSCRÍBASE.


 
© Javier Hermoso de Mendoza