Foro espiritual

Con el lema "Allí donde se cruzan los caminos", cada año, desde el 2006, Estella acoge el Foro Espiritual que organiza la Asociación Alalba. En el presente trabajo, texto y fotografías corresponden al primero de los encuentros. La actividad de los años posteriores se puede encontrar en la Web de la asociación organizadora: http://www.foroespiritual.org.


El altar y el árbol de la paz

Encuentro organizado por la fundación Alalba para hacer de la ciudad del Ega "un laboratorio de fraternidad" en el que convivieran distintas comunidades religiosas en un ambiente de armonía, paz y alegría, buscando puntos de encuentro con el objetivo de que el mundo alcance la paz.


Encendiendo el cirio

Fueron más de 200 actos, en los que participaron representantes de comunidades religiosas como "católica, protestante, budismo, Islam, hinduismo, judaísmo, Baha´i, sjis, tradiciones indígenas, y grupos que representan a la nueva espiritualidad", con un tema común: el análisis de la espiritualidad del siglo XXI en el contexto de una sociedad globalizada.

De esta manera, Estella, tan vinculada a su pasado guerrero, últimamente vincula su nombre a los nobles deseos de alcanzar la paz, consagrándose "como un lugar de esperanza, de diálogo interreligioso y de espacio abierto" en el que se ha sembrado "la semilla de la paz".


Primero fue el anterior y fallido intento de acabar con el terrorismo de ETA; ahora, el deseo de buscar la tolerancia religiosa y los puntos de encuentro necesarios para poder alcanzar la paz del mundo. Intento también fallido, como podemos ver en las últimas escaladas bélicas.

Como actos emblemáticos del Foro, el día 23 se alzó en el paseo de Los Llanos un altar con un gran cirio en su centro y los elementos Agua, Tierra, Fuego y Aire sobre la mesa, rodeado por un círculo de piedras, simbolizando todo ello la paz, el diálogo y la convivencia.

Esa misma noche, víspera de San Juan, la "Arboleda de las Hijas de Gaia"  construyó un laberinto de fuego formado por más de 450 velas rojas y blancas que interaccionando entre sí simbolizaron la unión de lo femenino y masculino.


Plantando el árbol de la paz

Laberinto que muchas personas recorrieron para purificar sus almas de todo aquello que desearon dejar atrás, y, desde el silencio mental y la oración, ofrendaron su luz invocando la paz, la unidad entre todos los seres, y el compromiso con la recuperación de la salud de la Tierra.

El día 25, en el mismo lugar, se plantó el árbol simbólico de la paz, consistente en un poste octogonal con la leyenda "Que la paz prevalezca en la tierra" en varios idiomas.


El Ega transporta las flores

Junto al árbol los asistentes colocaron flores que en el acto de clausura se lanzaron al Ega para que las aguas del río las llevaran, como mensaje de paz, a todos los puntos de la tierra.

En el paseo de Los Llanos se colocaron tipis (tiendas de los indios de las praderas norteamericanas), yurtas (tiendas de los pueblos nómadas de Asia Central) y otros variados elementos.

En los actos participaron numerosos ponentes, y en los actos-espectáculo hubo músicos sufis, tibetanos, cantautores, grupos de música espiritual, danzantes derviches, vascos, y de variadas procedencias.

Junto a miembros de grupos religiosos conocidos hubo chamanes y gentes que dieron a los actos un colorido diferente que, en algunos casos, nos retrotrajeron a los felices años 60.

Para organizar el evento, Alalba contó con el asesoramiento de la Asociación UNESCO para el Diálogo Interreligioso, y los apoyos de ADIM (Plataforma para el Diálogo Interreligioso de la Comunidad de Madrid), la Carta de la Tierra, y la Alianza de las Civilizaciones de la ONU.

De todo ello tratan las fotografías de este reportaje, alguna de las cuales es fruto de la desinteresada colaboración de Mª Puy Iglesias, Mjose García, y José Ángel Garbayo, los cuales estuvieron presentes donde no pude estar yo.

Sólo queda esperar que el deseo de los reunidos, recogido en el manifiesto que puede leerse en la última de las fotografías de este reportaje, se cumpla, para que entre todos podamos alcanzar una nueva era de paz y armonía sobre la tierra.


Julio 2006

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© Javier Hermoso de Mendoza