BLANCA ESTELLA


Nos quejábamos de que la nieve no nos visitaba, y estos dos últimos años han sido excepcionales. El 28 y 29 de febrero amanecimos con un grueso manto blanco. En la foto se ve el antiguo burgo de San Martín, al pie de la peña en la que estuvo el castillo protector, y su prolongación por Santo Domingo, el Sepulcro y la antigua judería de Elgacena.


Todo blanco, sólo el río y las fachadas daban una nota de color. La foto, tomada desde el puente de San Martín, nos muestra el río Ega, de El Recial al puente de la Cárcel, encajado entre los antiguos burgos de San Martín y de San Miguel.


La torre de San Pedro de Larrúa, protegida por la Cruz de Los Castillos, emerge entre las dos torres de San Miguel Arcángel. Al fondo, todo lo preside el mítico Montejurra, el cual, mientras preparo este reportaje (23 de marzo), aparece con la cumbre nevada.


"Todos Santos, nieve en los altos; San Andrés, nieve en los pies", decía un antiguo refrán. Estos últimos años, como consecuencia del cambio climático, después de unos inviernos muy suaves las nevadas se aproximan a la Primavera. La del pasado año, también fue tardía: cayó el 19 de febrero. En la foto, entre olivos que inclinan sus ramas bajo el peso de la nieve se ve la parte posterior de San Pedro de Larrúa.


Esta garrucha, desde Los Llanos, parece sonreír ante el blanco manto que todo lo cubre.


Los Llanos de Estella limitan con el río Ega, al que pone freno inestable el diapiro de Arieta, cuya zona más escarpada recibe el nombre de "precipicio de Roña".


Quien no ríe es Adriano Juániz, "el auroro": su mirada está cubierta; la campanilla no tañe; el farol no alumbra...


Los dragones de la fuente de la plaza de Santiago, baja la cabeza, la soportan mejor.


Cuando nieva, la ciudad parece ocultarse, como le ocurre a San Pedro de Lizarra, cuya "Gallarda" torre vemos entre los blancos árboles.


Más allá del río, también se oculta San Pedro de Larrúa.


Quizá por ello, su escalinata ofrece este manto inmaculado.


Inmaculada está también la escalinata de San Miguel Arcángel. En cambio, la plazuela del Chapitel, conocida también como "la Ré", muestra la huella de una actividad que la nieve no detiene.


Unos trabajando, otros comprando, muchos paseando bajo los copos, como el autor de los contenidos de esta web, fotografiado al final de la calle Mayor, antigua "carrera Luenga".


Y los más pequeños, como este de la plaza de San Miguel, intentando hacer figuras de nieve,


que a veces, como en esta de la plaza de Los Fueros, parecen cobrar vida.

Nota: la mayor parte de las fotografías son de los dos últimos años, excepto algunas, que colocadas por su belleza, son de nevadas anteriores.
Todas las fotografías, a excepción de la 5, 6, 7, 13, 14 y 15, son del estellés José Isaba.

Marzo 2004

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© Javier Hermoso de Mendoza